martes, 31 de julio de 2012

En las líneas de mi mano.


Olía bien. A flores y plantas recién regadas. Al fondo, una puerta abierta señalaba el camino hasta una sala acogedora y sencilla. Se adivinaba jardín tras los visillos blancos. Fresca penumbra de últimas horas de la tarde. A un lado, una mesa, un sillón de dos plazas y ella. Hermosa mujer. Todos los años sabios en su bello rostro de lino arrugado. Pecho mullido para reposar, sonrisa para confiar, intensa mirada para escuchar. 

Me indicó asiento acariciando el sillón...

miércoles, 25 de julio de 2012

1963.

Ayer cumplí 49. Cuarenta y nueve, con todas las letras. Soy del 63. Mil novecientos sesenta y tres. Uno año cualquiera para los que no han nacido en él. Para mí, el de la suerte.

“No te preocupes, estás exactamente igual que cuando tenías… cuarenta y ocho” ha sido la felicitación de mi hermano mayor. Me ha hecho reír, como siempre. 

Muchos buenos deseos. ¿Mide algo el número

lunes, 9 de julio de 2012

Cadena de Sonrisas.


En la puerta del Pedralbes Center de Barcelona, reza un letrero que aconseja entrar conmigo.

Mi sonrisa es fácil. Le gusta salir y vive en un semblante dispuesto a exhibirla cuando surge la mínima oportunidad.

La sonrisa es contagiosa. Aflora una cualquiera que hace brotar la propia y provocar la de alguien que a su vez incita otra. Es la cadena de sonrisas. De vez en cuando, alguna aparece acompañada.

Parada en el medio de la calle, leía un entrañable mensaje de un buen amigo. Supongo que mi sentimiento se reflejaba en mi cara. 
Se acercó un joven. Uno con rastas y chaleco de MSF: “Conozco un poema que Mario Benedetti escribió sabiendo que usted iba a existir.” 
Le miré sorprendida. Con una voz

martes, 3 de julio de 2012

La función de la mensajería en las empresas mal dirigidas.


Hay empresas, como la última en la que trabajé, en las que existe una función tácita asignada a muchos empleados. Es sutil y no todos toman conciencia plena de su existencia. Aparece cuando el estilo de dirección es objetivamente nefasto. Es la función de la mensajería. Consiste en explicar algo sobre un compañero a un jefe. 

Hay varios tipos de mensajeros: los ingenuos, los miedosos y los malvados.  

A los primeros, el jefe les hace una pregunta, así, como quien no quiere la cosa. La contestación parte de la ingenuidad, sin conciencia ninguna de que las palabras de la respuesta van a adquirir la forma retorcida que el jefe quiera darle hasta convertirla en un argumento válido para fines oscuros.

Los miedosos se