martes, 3 de julio de 2012

La función de la mensajería en las empresas mal dirigidas.


Hay empresas, como la última en la que trabajé, en las que existe una función tácita asignada a muchos empleados. Es sutil y no todos toman conciencia plena de su existencia. Aparece cuando el estilo de dirección es objetivamente nefasto. Es la función de la mensajería. Consiste en explicar algo sobre un compañero a un jefe. 

Hay varios tipos de mensajeros: los ingenuos, los miedosos y los malvados.  

A los primeros, el jefe les hace una pregunta, así, como quien no quiere la cosa. La contestación parte de la ingenuidad, sin conciencia ninguna de que las palabras de la respuesta van a adquirir la forma retorcida que el jefe quiera darle hasta convertirla en un argumento válido para fines oscuros.

Los miedosos se
distinguen de los anteriores en que responden con plena conciencia de que la contestación va a ser tergiversada e, incluso, sabedores de que puede perjudicar a un compañero. Lo que les ocurre es que sufren un miedo insuperable a ser despedidos. 

Por último, los malvados. Su mensaje es elaborado y perverso, saben de antemano cómo manipular al jefe para que el mensaje se retuerza más y perjudique más al compañero por el que, habitualmente, no sienten más que envidia. Son personas no respetables y cizañeras.
“Las personas no respetables existen en todas las empresas…  Si alguna de ellas formase parte del Consejo de Administración, la empresa está perdida.” Ignacio Moreno Purroy: La Empresa. Pensamientos de un Director General
Si te has sentido identificado con alguno de los tres tipos, te animo a esforzarte en dejar de ser un mensajero.  Aunque seas consciente de que tus jefes son muy malos y pienses que no te queda otra que aguantarlos, tú serás  más feliz. 

Estoy absolutamente convencida de que en mi nueva empresa esta función no existirá. Recordaré siempre que he formado parte del mensaje en repetidas ocasiones. Lo que nadie ha conseguido es que yo lleve uno. Lo digo con voz clara, cabeza alta y… desde el desempleo. ¡Upss! 

2 comentarios:

  1. Hay lugares en los que no es bueno permanecer demasiado tiempo. Pueden ser muy tóxicos, no crees? Es cierto, que a veces, las consecuencias quizás sean el despido.
    Pero al final, si la persona tiene un poco de criterio, el despido va a llegar igualmente.
    Y ante esa circunstancia es mejor ser consciente de lo que nos ahorramos:sufrimiento, batallas predestinadas a la derrota, desánimo general ...

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  2. Tienes mucha razón. Hay gente tóxica. Me quedo con los que no lo son. Contigo, por ejemplo.
    El otro día me dijo un blogero que yo era el alma de su blog. Tengo más suerte porque mi blog tiene dos almas. Una de ellas, desde luego, eres tú. Gracias.

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